LIBROS RECOMENDADOS

El desafío de Jerusalén

Par Sophie Archambault

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3 abril 2024

Foto por Sophie Archambault

Tras abrir la puerta al crecimiento de su fe en La Nuit de feu (La Noche de Fuego), Éric-Emmanuel Schmitt lo vuelve a hacer con la publicación de Le Défi de Jérusalem (El Desafío de Jerusalén) en abril de 2023. En esta autobiografía ecléctica, mezcla de diario de viaje, testimonio, reflexión filosófica, historia bíblica y autobiografía, el autor nos mete en el bolsillo y nos lleva con él a Tierra Santa, pero sobre todo a lo más profundo de sí mismo.

Al recorrer a pie los lugares sagrados que dan testimonio de la vida de Jesús, el autor concibe esta peregrinación sobre todo como una oportunidad de “dar cuerpo a la propia fe” (p. 11), es decir, de encarnar las propias experiencias espirituales a través de los sentidos, la ensoñación y las percepciones, pero también a través de interrogantes, dudas y fatigas tanto mentales como físicas. En definitiva, es a través de los sentimientos humanos que nos son comunes a todos y que nos dan la posibilidad de experimentar a Dios como el autor nos brinda la lectura de su relato.

Viajando por Belén, Nazaret, Cesarea y Jerusalén, Schmitt tiene un encuentro místico con el Hijo de Dios en el Santo Sepulcro. A lo largo del viaje, Schmitt experimenta un verdadero renacimiento como novelista. Comienza a imaginar el poder del amor incondicional que Dios ofrece a la humanidad. El recorrido, lejos de ser sólo un ejercicio para el cuerpo, resulta ser también y sobre todo un ejercicio para la mente, una introspección encaminada al autodescubrimiento a través del amor divino.

 

Los lugares limitan el horizonte, la reflexión lo abre. Esta es, pues, la paradoja de la peregrinación: la verdad que busca no es la de la tierra, sino la del cielo. […] Los pies no se pegan al suelo; se elevan sobre las alas del pensamiento.

(p. 77)

 

Durante el peregrinaje, el autor se encuentra consigo mismo de una manera profunda. Esta búsqueda de identidad, impulsada por la sed de creer, le lleva a reflexionar sobre cuestiones más colectivas que personales. En Jerusalén, ciudad donde las mezquitas se codean con las iglesias y éstas con las sinagogas, Schmitt se ve abrumado por reflexiones sensibles y humanas sobre la incapacidad de los seres humanos para vivir juntos. Aunque judíos, musulmanes y cristianos se encomiendan al mismo Dios, “las piedras consiguen algo que los hombres son incapaces de lograr: la coexistencia” (p. 170). Encontrarse con Dios es también tocar la esencia de la humanidad dentro de uno mismo, despertar a las cuestiones socio-religiosas que plantea la cohabitación de las tres religiones monoteístas más importante en el corazón de la ciudad santa.

 

El desafío de Dios a los creyentes y a los incrédulos va más allá de lo que ellos imaginan: Dios no les dice: “¡Escúchenme!, sino que les grita: “¡Escúchense! “En Jerusalén, donde todo empezó, nada está acabado.

(p. 173)

 

Tierra Santa en la encrucijada del tiempo

 

Gracias al acceso al misterio cristiano, a lo Incomprensible, Schmitt encuentra en los relatos y las palabras de Jesús una universalidad que corresponde perfectamente a las preguntas y los valores de su presente, de su pasado y, sin duda, de su futuro, porque “en realidad, el Evangelio se presta a una interpretación constante. Requiere poca memoria y mucha inteligencia. […] Sólo lo respetamos cuestionándolo, criticándolo”. (p. 76) Aunque los relatos bíblicos actuales se fechen aproximadamente en términos históricos, lo cierto es que el alcance del mensaje de Cristo atraviesa el tiempo y las épocas, resultando igual de revelador para los creyentes modernos.

Y así es como, al salir de la Basílica de la Natividad, el novelista, pensando en María, encuentra a su madre muerta en un ensueño, haciendo de la Virgen la madre universal. Los personajes bíblicos y los que poblaron la vida del novelista se modelan mutuamente para hacer aflorar sentimientos a veces enterrados, pero que deben liberarse.

 

Me di cuenta de que si la Basílica de la Natividad no me había ofrecido la posibilidad de conocer a María, me había devuelto la presencia de mi madre. ¿Se trataba de eso? ¿Es lo mismo?

(p. 92)

 

En la misma línea, la recreación pedestre de la Pasión de Cristo despierta definitivamente en el autor el precepto predominante del cristianismo: el amor. Al recrear el pasado bíblico en el escenario de una Jerusalén moderna, las temporalidades se superponen sin contradecirse, e incluso acaban sublimando la fe cada vez mayor del novelista, ya que, “a veces en tiempos de los profetas, a veces hoy, [él] viaja en el tiempo”. (p. 118) Si Jesús sufrió por amor a la humanidad, comulgar con él recorriendo el Vía Crucis no puede sino multiplicar por diez el amor de Schmitt por el Salvador y, por la misma razón, su amor por el prójimo.

Sin embargo, durante su peregrinaje, el autor también nos adentra en su rocoso pasado religioso, donde su relación con Dios es, en el peor de los casos, inexistente, en el mejor, indiferente, a menudo regida únicamente por la mente académica y filosófica de Schmitt. Lejos de asistir a la evolución lineal de una fe ejemplar, el lector comprende que el llamado cristiano a veces llega lentamente, y sobre todo que cada uno lo vive a su manera.

 

Encuentro con el Papa Francisco

 

Desde su despertar místico en el desierto del Sáhara, Éric-Emmanuel Schmitt ha recorrido un largo camino, tanto físico como espiritual. La esencia del relato se resume en un pasaje amable, abierto y empático sobre su encuentro con el Papa Francisco. A través de un diálogo lleno de amabilidad, el lector comprende claramente que “uno no se hace cristiano porque haya dilucidado el misterio del cristianismo, uno se hace cristiano porque siente este misterio, que lo frecuenta, que se inspira en él y que, de su contacto, sale transformado.” (p. 212)

La peregrinación no termina cuando el autor regresa a Europa. Este viaje sagrado ha impregnado la mente, el cuerpo y los sentidos de Schmitt. Continúa sin cesar, sutilmente, hacia el interior. Nos acerca cada vez más a Dios, pero también a los demás y a nosotros mismos.

 

Del mismo autor

 

L’Évangile selon Pilate (El Evangelio según Pilatos), La Part de l’autre (La parte del otro) y La Nuit de Feu (La Noche de Fuego) son algunas de las obras más leídas de Éric-Emmanuel Schmitt. También está preparando una serie de novelas sobre la historia de la humanidad. Tres de las ocho novelas ya han sido publicadas: Paradis Perdus (Paraísos perdidos), La Porte du Ciel (La puerta del cielo) y Soleil sombre (Sol sombrío).

 

ACERCA DE SOPHIE ARCHAMBAULT

Estudiante del Máster en estudios literarios, Sophie lee y escribe para entender mejor al ser humano, la sociedad, pero sobre todo al mundo en el que vive. Noctámbula, sus lecturas nocturnas sobre la espiritualidad y los fenómenos religiosos han acrecentado su interés por el concepto de lo sagrado. Amante de la naturaleza y sus peligrosas bellezas, la mitología, la historia del arte y todo lo que requiere creatividad, Sophie gusta de encontrarse a sí misma a través de estas pasiones para luego abrirse al mundo que la rodea.

 

Las opiniones expresadas en los textos son de los autores. No pretenden reflejar las opiniones de la Fundación Padre-Menard. Todos los textos publicados están protegidos por derechos de autor.

 

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